"La píldora de la invencibilidad"
Todos los meses recibimos en la Redacción cientos de cartas pidiéndonos consejo y preguntándonos "¿Cuál es el mejor estilo de todos?". Durante veintidós años de práctica, he podido ver como la respuesta más diplomática es: "Todos los estilos son buenos". Con estas palabras uno queda bien con todo el mundo y nadie se siente ofendido. Mi opinión no debe tener mucha transcendencia en la decisión final del lector. Al fin y al cabo, lo que un servidor practique es asunto suyo y pertenece a su vida privada. Mi selección está basada en mis preferencias, y estas condicionadas por una mentalidad, pero antes de seguir, permítanme aclarar ciertos puntos.
Primero, no existe nada parecido al "mejor estilo" o al "sistema definitivo". Nadie se convierte en un Maestro en tres semanas. No hay "fórmula mágica". Aquel individuo que esté pensando en entrar en un Gimnasio, debe recordar que "no es el estilo, sino el practicante", "ni lo que haces, sino cómo lo haces" lo que verdaderamente cuenta. Los estilos se han desarrollado en base a las culturas y entornos ambientales, sumando a esto las características físicas de los habitantes de la zona. Las estructuras genéticas son las que han dictado las "maniobras técnicas" estructuradas en los estilos.
Si no posees una mediana flexibilidad y no te sientes inclinado a las técnicas de pierna, no selecciones un Arte que fundamente sus acciones en las patadas altas (aunque te digan que también puedes pegar bajo), si no posees un cierto nivel de coordinación, aléjate de los estilos que requieran acrobacias y busca un método que haga más énfasis en la fuerza, y si, por el contrario, eres débil y delgado, intenta encontrar un buen profesor de algún sistema "suave".
Ten una mente abierta, pero se juicioso con aquello que "se acaban de inventar" un sistema nuevo, particularmente con individuos jóvenes. No te creas todos los grados que te enseñen, por muy impresionantes que estos puedan parecer. Una buena regla a seguir es: si alguien se presenta como un "experto", es que no lo es. Si se hace llamar "maestro", tampoco lo es. Los títulos y los grados significan cosas muy distantes y muy diferentes, todo depende de quien los otorgue y de quien los acepte.
No has de olvidar nunca que tú eres quien determina tus objetivos. Si te gusta entrenar con armas, hazlo. Si te interesa la defensa personal, busca un sistema que te permita pelear en cualquier distancia. En el "mundo real" la mayoría de la gente puede soportar un golpe, por lo que necesitas un método que te aporte una "transición correcta" desde las patadas y los puñetazos a la pelea en el suelo. Si lo que te interesa es la competición, busca un sistema en el que te sientas a gusto con su reglamento deportivo. Pero sobre todo, entrena en un estilo que te guste, en un sistema en el cual disfrutes. Si no es así, y condicionas tu decisión y práctica a lo que los demás digan o la necesidad imperiosa de ser "invencible" (aunque a ti, tal vez, eso te traiga sin cuidado) terminarás por no asistir a clase, por sentirte decepcionado y finalmente, por dejarlo todo. La mejor forma de entrenamiento es aquella que te haga sentirte feliz, te motive a superarte y que tú, personalmente, puedas usar cuando sea necesario.
Escrito por José María Fraguas,
firmando como director, en la "Editorial Internacional" del número 77 de la revista "Cinturón Negro" (año 1996).